domingo, 11 de noviembre de 2007

La abstracción del paisaje


La abstracción del paisaje es el título de la exposición que puede disfrutarse en la Fundación Juan March de Madrid durante estos días y hasta el 13 de enero del 2008. La magnífica muestra reúne la obra de artistas tan diversos y tan de primera línea como Friedrich, Runge, Constable, Turner, Nolde, Munch, van Gogh, Klee, Kandinsky, Max Ernst, Rothnko, Ritcher o Kiefer.

Más de dos siglos de pintura bajo el hilo conductor de lo sublime en la pintura, desde el paisaje romántico hasta desembocar en la pintura abstracta. El hilo argumental surge del libro "La pintura moderna y la tradición del romanticismo nórdico. De Friedrich a Rothko" publicado en 1957 por el historiador Robert Rosenblum. La exposición excede el marco cronológico del libro al incluir la obra de Kiefer y de Richter, con ello consigue demostrar que la idea sigue estando vigente en la creación actual.

La obras de la exposición son magníficas, cada una individualmente de una altísima calidad , a excepción de los cuadros de los pintores estadouonidenses, que no logran llegar a esa intensidad.

Grandes nombres como Munch, Vincent van Gogh, Klee, Kandinsky, Pollock hacen que la visita merezca la pena, además es una oportunidad para ver estas obras que difícilmente se muestran en los museos, por su formato o por el soporte en el que han sido creadas, el papel es el papel predominante, ya sea después la tinta china, el lápiz, el óleo o la acuarela el material utilizado para rellenarlo. Soporte considerado, en muchas ocasiones, menor deja ver la importancia y la grandeza expresiva que encierra.


Creo que no han acertado en que la muestra sea el argumento del libro de Rosenblum, ni que todas las obras representen la plasmación del sentimiento de lo sublime, pues no creo que sea eso lo que pueda verse en la serie de aguafuertes de Otto Rungen sobre las horas del día, pero su presencia nos permite acercarnos al movimiento Romántico en Alemania, donde cristalizó esta nueva categoría estética.

De muy difícil ajuste es la presencia de la obra elegida de Munch, en el que las cuatro obras nos acercan a la visión de "El monje a la orilla del mar", pero sobre todo, a la soledad del hombre, aunque esté acompañado, la soledad inevitable del hombre ante la muerte y la incomunicación entre seres semejantes preocupados por los mismos problemas y sentimientos. Nadie como él fue capaz de mostrar esa verdad ineludible.
Creo que el verdadero hilo conductor de estas obras es la frase de E. Kant en su Crítica del Juicio (1790), “lo bello en la naturaleza se refiere a la forma del objeto, que consiste en su limitación, lo sublime, en cambio, puede encontrarse en un objeto sin forma, en cuanto en él, u ocasionada por él, es representada la ausencia de límites”. (I Parte, Libro II, parágrafo 23).
Salas pequeñas para disfrutar de obras que llaman a la reflexión del límite, del infinito.